El nombre de Hannah Montana probablemente no le dice nada a nadie mayor de 20 años, pero con seguridad cualquier niño que tenga televisión por cable conoce al dedillo las peripecias de esta niña cantante que protagoniza una serie del canal Disney para América Latina. El programa cuenta la historia de Miley Cyrus, una niña común y corriente, que cuando salta a un escenario se convierte en Hannah Montana (su nombre artístico).
Todos los episodios giran alrededor de la doble vida de esta niña. El padre de Hannah en la serie es el mismo de la vida real, el músico de country Billy Ray Cyrus. Aunque se trata de un dramatizado, la ambigüedad con la vida real es total. Digamos que es un extraño híbrido entre 'reality' y comedia.
Se calcula que la serie la ven 164 millones de espectadores, entre los 6 y 14 años, en todo el mundo, pues se retransmite por los 27 canales en seis idiomas que tiene Disney en los cinco continentes.
El fenómeno de Hannah Montana es en realidad el último producto de la fábrica de éxitos para adolescentes en que se ha convertido el Canal Disney y que se ha perfeccionado tanto como para tirarle un salvavidas a la industria disquera. Montana es de la misma escuela de Hillary Duff, 'The Jonas Brothers' y el megaéxito de los últimos años, 'High School Musical'.
Se trata de música que entra por los ojos. Las canciones de Montana, Duff o los Jonas Brothers no se escuchan casi en la radio.
Tampoco aparecen en el top 10 de los más populares en Billboard. Pero sí encabezan los listados de ventas: el disco de Hannah Montana vendió 8 millones de copias.
