Una nueva investigación permitiría a los científicos hacer deducciones sobre lo que una persona está pensando. Los usos médicos de este procedimiento podrían ayudar en el futuro para diagnosticar autismo y otros desórdenes de interacción social. La investigación fue conducida por el neurólogo cognitivista Nathan Spreng y su equipo, en la universidad de Cornell.
En el estudio publicado en la revista científica Cerebral Cortex participaron 19 voluntarios a quienes se les dio la descripción de cuatro personajes imaginarios, cada uno con diferentes personalidades: algunos eran cooperativos y amables, mientras otros fueron descritos como fríos y distantes. Los científicos le dieron nombre a los personajes y los hicieron coincidir con el sexo de los voluntarios.
Luego de esto, a los voluntarios se les presentaron distintos escenarios de acción para los personajes: alguien les derrama una bebida en un bar o un indigente les pide dinero en la calle. Al hacerlo, el equipo de científicos midió las reacciones cerebrales de los voluntarios a través de un equipo de resonancia magnética.
De esta manera encontraron que las personalidades de los personajes imaginarios estaban ligadas a distintos patrones de actividad cerebral en el cortex prefrontal medial, la zona del cerebro que ayuda a deducir amenazas por parte de los demás. De este modo, los investigadores fueron capaces de determinar en qué personaje estaban pensando los voluntarios.
“El alcance de esto es increíble cuando piensas en toda la gente que conoces a través de tu vida y de los que eres capaz de recordar. Cada uno de ellos probablemente tiene una representación única en el cerebro”, declaró Spreng. “Esta representación puede ser modificada a medida que compartimos experiencias y aprendemos más de los demás, y tiene que ver en cómo imaginamos que se desarrollarán los eventos futuros con ellos.”
Aunque el estudio no abunda en ello, es probable que en el futuro cercano será posible no sólo “leer” la mente de las personas, sino también compartir información a través de una Internet-orgánica, algo como la telepatía o incluso (perspectiva aterradora), el control mental.
